jueves, 31 de mayo de 2007

paris je t'aime









Una barra de bar, dos amigos, dos cañas, y ¡dos montaditos de jamón como tapa! ¿Qué bar es ése? porque en Valencia, la tercera ciudad española, sede de grandes eventos y donde tiene lugar la siguiente conversación, no ponen ni un triste plato de cacahuetes con que acompañar la consumición. RO-ÑO-SI-SI-MO. Pero, bueno, no nos desviemos de la plática:


_Pues si, ya he encargado el Cártel en Gráficas García, en letras doradas. Imagínate, tú estás enfrente de la puerta, ¿vale?_ hace una pausa para beber un trago de fresca cerveza_ El cartel de arriba todo en mayúsculas RELOJERIA en el lado izquierdo y JOYERIA debajo a la mitad de tamaño que PARIS que irá en el lado derecho_ mientras levanta el brazo marcando en el aire un cartel imaginario.

_ ¿Con acento o sin acentos?_ le pregunta Alberto.

_ Sin acentos, hombre, eso no se pone en los carteles. Además, si los pongo me rompen la estética.

_ ¿Y cartel lateral? ¿Vas a poner un cartel lateral?

_ Si pero no se cómo quedará porque como voy un poco ajustado me lo pone Viceroy a su gusto que son los que lo pagan. El problema lo tengo con la persiana porque la voy a pintar pero si la dejo sólo de un color en seguida me la mancharán. Había pensado que me hicieran un grafitti ¿sabías que hay un código entre los grafiteros de no pintarse unos encima de otros? pero _ haciendo una pausa_ ese tipo de dibujo con sprays no me parece el más adecuado para la joyería ¿no crees?

_ Tienes razón, necesitas algo más fino ¿Por qué no se lo dices al hijo de Juan?

_ ¿Que Juan? ¿El de Talleres Juan? _ pregunta Pepe con evidentes signos de extrañeza tales como fruncir el ceño y torcer la boca_ pero si su hijo tiene doce años.

_ Ese mismo, es un chaval pero se da una mano con el dibujo impresionante. A mí me ha hecho un cuadro de caza que no le falta detalle, con sus caballos, sus perros, el riachuelo al lado… Si lo hubiera comprado en una tienda me hubiera costado lo menos trescientos euros, así le di treinta euros al chaval y todos contentos.

_ ¿El que tienes en el comedor?_ levantando la ceja y mesurándose la barbilla_ oye, pues no es mala idea porque está muy bien pintado_ cogiendo el montadito de jamón.

_ Claro, te puede pintar lo que quieras, a ver, un diamante o…

_ ¡La Torre Eiffel! _ interrumpe exaltado y con la boca llena Pepe_ Si, si, ya lo estoy viendo. La torre Eiffel con un cielo azul y al lado Joyeria-Relojeria Paris.

_ ¡Pepe, trágatelo antes de hablar! ¡Joder! Que me has salpicado…

_ Perdona Alberto, pero es que… lo he visto… y me he emocionado… puede quedar precioso. ¿Qué hora es? Agg, las nueve, Juan ya habrá cerrado el taller. Mañana mismo me paso por ahí.


Y Pepe fue al taller, el chaval pintó la persiana, y la Relojeria-Joyeria Paris empezó a funcionar. Una cálida tarde primaveral pasaron por delante de la puerta un artista multimedia con su supermoderna novia que igual te lleva algo de Berska que lo mismo se pone de Prada y se quedaron ensimismados (los demás nos hubiéramos quedado asombrados pero ellos son tan modernos...) mirando la persiana.

_ ¡Qué conceptual! Me encanta, me encanta_ haciendo aspavientos con los brazos mientras se contonea hacia delante y hacia atrás_ el glamour de las letras doradas es el París de la Torre Eiffel, el Sena, Louvre, Notre Dame, Tolouse, Montmartre y debajo esa pintura cutre de la torre Eiffel, los suburbios, las revueltas, los ciudadanos de segunda, los inmigrantes… ummm… como me inspira esa doble cara.

_ Love (los demás decimos cary, churri, papi, tete, nene o simplemente nos llamamos por el nombre pero ellos son tan modernos…), ¿le hago una foto? _ le pregunta su novia con un movimiento de cabeza.

lunes, 28 de mayo de 2007

un no a tiempo



Son las ocho de la mañana y la persiana de Graficas García empieza a ascender poco a poco de la mano de un somnoliento Manolo mientras Vicente observa la operación.


_ Estamos en la era de la tecnología, Manolo, ¿sabes que han inventado unas persianas con motor que le das a un botón y suben solas?

_ Si, estoy al tanto y tú has madrugado mucho sólo para darme esa valiosa información.

_ Es que quiero que me hagas esto_ señalando los papeles que lleva en la mano_ lo antes posible porque quiero abrir la peluquería cuanto antes y empezar a funcionar. Te traigo el diseño para el cartel. ¿Cuánto tardarás en hacerlo?

_ Primero tendré que verlo ¿no crees? Venga, pasa.

Abre la puerta, enciende la luz y pasan al recinto donde Manolo se gana el pan con el sudor de su frente desde los veinte años y ya van diez. Éste se sitúa detrás del mostrador, Vicente en la parte de enfrente, como se suele hacer con la clientela habitual, sólo que en este caso, además de mantener una relación comercial estos dos individuos de los que sabemos bien poco son lo que se puede decir amigos de toda la vida.


_ A ver, enséñame esos diseños_ le dice Manolo bostezando y extendiendo la mano se los coge. Empieza a ojearlos ante un Vicente expectante mientras su cara empieza a hacer leves muecas, indicio de desagrado, sin que sepa controlarlas.

_ Bueno, di algo, ¿Qué te parecen?_ le pregunta Vicente tras haber consumido su paciencia.

_ Um… no sé… no me termina…

_ No te termina ¿el qué?

_ Pues que no tiene cabeza_ responde dubitativo Manolo. Es complicado ser sincero pero al fin y al cabo le ha pedido su opinión.

_ ¿Y? ¿Que problema hay? Es un cuerpo estilizado.

_ No, si estilizado si que es pero ¡es que vas a abrir una peluquería!

_ ¡De peluquería nada! , es mucho más, Gabinete de belleza. Vamos a tratar la imagen en general, depilación láser, rayos UVA, manicura, pedicura…

_Vale, vale_ le interrumpe Manolo_ Pero lo principal es que cortarás cabello ¿no? Pues, que quieres que te diga, con este cartel… yo voy a una peluquería, me veo a una tía sin cabeza así, en el cartel, de entrada, y no, que no me da buen rollo.

_ Pero al lado está la cabeza.

_ ¡Uy si! una tía decapitada, con un solo ojo y peinado a lo Depeche Mode ... para terminar de arreglarlo. Además, el que la V de Vicente sea un mechón de pelo, ¡buf!…_ frunce la cara en un gesto que no indica mucha complacencia.

_Ya. Eso de la cabeza a mi tampoco me va mucho, bueno, todo en general pero es que me lo ha dibujado mi prima que es diseñadora gráfica y, claro, no le puedo decir que NO_ le explica un resignado Vicente encogiendo los hombros.

_ Si que puedes. Es más, debes hacerlo. Si la gente ve esto, su cerebro empieza a hacer conexiones de ésas asociativas… el mensaje subliminal que llega no es bueno: peluquería – decapitación, no combinan. Y conste que todo esto te lo digo como colega, que yo no tengo nada contra tu prima, es más está potrancona la muchacha. Lo que pasa es que quiero que te funcione el negocio, tío.

_ Ya, pero… ¿y cómo se va a poner mi padre? Su sobrina favorita _ hace una pausa_ por no decirte de mis tíos. Toda la familia está encantada con el cartel.

_ Pues ya es hora que aprendas a decir NO que ya tienes edad. El negocio es tuyo y tú tomas las decisiones. Si el cartel no te convence, no lo pones y punto, por muy prima tuya que sea y, si se mosquean, pues que lo hagan. Si lo pones es porque estás convencido, no lo hagas por presión que terminarás arrepintiéndote.

_Ya, si tienes razón_ le contesta un Vicente abrumado por el peso de las dos letras.

_Y luego está lo del nombre, mira que poner tu nombre, Vicente Estilistas, pon una V. y el apellido por lo menos que queda más…

_ Si como tú, Gráficas García, que queda de cojones_ le responde irónicamente Vicente que eso si que le ha dolido porque lo del nombre ha sido idea suya.

_ Oye listo, que lo puso mi padre. Además para una imprenta García queda bien pero Vicente para peluquería no es nada chic. Y me callo lo de los colores…