miércoles, 20 de junio de 2007

en todas partes


María se encuentra desubicada, no sabe muy bien dónde está. Mira a su alrededor y ve gente pasar que la ignora por completo, hecho éste que le resulta sumamente extraño, pues siempre sus salidas son en loor de multitudes. Podríamos decirle que está en el escaparate de una paquetería-mercería de un barrio poblado de gente humilde aunque muy trabajadora. Pero no lo vamos a hacer, mejor dejaremos que ella con sus cábalas lo descubra:

_ ¿Dónde estoy? ¿Quién me ha puesto aquí? ¿Es ésto el traslado? Hay flores detrás pero no aglomeración de gente enfebrecida gritando con la habitual furia desatada ni bebes volando por encima de la multitud para tocar mi manto…_ desconcertada gira la cabeza_ ¡Uy! Si que son flores pero no las de la ofrenda, esto es... Señór, ya no veo de lejos sin gafas... a ver que me las ponga... ¡ropa interior!_ cada vez mas exaltada_ ¿Y que hago yo aquí? ¡Ay Dios mío!

De repente todo el cielo se puebla de grandes nubes gris plomo claro que no anuncian lluvia sino la visita del Todopoderoso. Un rayo de luz atraviesa ese cielo hecho algodón para dar paso a una figura de cabellos y barba canosa que luce un extraño tocado en la cabeza:

_ ¿Me llamabas?_ le pregunta Dios a María.

_ No, era un decir pero ya que estás aquí… ¡Mira dónde estoy!_ señalando con el brazo derecho que es el único que tiene libre pues en el izquierdo sostiene al “ninot” Jesús, réplica exacta de su hijo a esa edad_ ¡Rodeada de ropa interior! Convendrás conmigo que no es el sitio más apropiado.

_ Maria, la devoción es así. La dueña de la tienda es una persona muy religiosa y da fe de ello mostrándote al público. Nosotros debemos ser respetuosos con ella.

_ Si, si yo le agradezco mucho su devoción pero no veo normal que detrás de mi haya una modelo en paños menores mostrando sus carnes pecadoras,_ moviendo la cabeza_ lo habitual es un tapiz y en sitios de interior unos ángeles, unas flores, velas, un altar…

_ Ya, Maria, ya_ le interrumpe Dios_ pero no están los tiempos como para ir rechazando fieles por estas cosas. Esta señora es de las que ya no quedan, católica practicante que va a misa todos los domingos y fiestas de guardar, reza el rosario y da limosnas. Hay que tener un poco de manga ancha…

_ Manga ancha si. ¡ Pero no bragas y sujetadores!, que no sé dónde vamos a parar.

De repente, un destello de luz y Dios ya no es Dios, ahora es Jesús.

_ Mamá ¿sabes dónde están las biodraminas? Es que tengo una procesión este fin de semana y me mareo con los traslados.

_ Hijo, no sé donde tienes la cabeza_ suspirando le dice su madre_ Mira en el mueble del baño y dile a tu padre que venga, anda.

Un nuevo fogonazo y aparece Dios. María le recrimina estos cambios de personalidad que siempre se producen cuando tratan un tema importante como el de ahora:

_ Estas cosas no son serias, igual que lo de las apariciones. Eso es usurpación de la personalidad y está penado. ¿Qué se creen? ¿Qué no tengo nada mejor que hacer que ir apareciéndome en montes y hablando con voz de carajillera?_ de su rostro ha desaparecido esa dulzura que la caracteriza y, erguida, le mira a los ojos a Dios_ ¿No podrías mandarles una señal? ¿Una plaga?

_ Las señales no funcionan, mira el caso que le hacen al cambio climático. Nada_ le contesta Dios resignado_ ¿Y si les mandásemos de nuevo a Jesús?

_ ¡Ni hablar! Que seguro que me lo llevan a Guántanamo o le aplicarían la pena de muerte los muy cafres. Y no podemos volver a pasar por eso, que antes que ser Virgen soy madre.

En ese mismo instante, un resplandor y un nuevo cambio.

_ Mamá, ¿Y el ibuprofeno? No lo encuentro y la procesión es en Andalucía. Ya sabes como son allí, seguro que me entra jaqueca y quiero ir preparado.

_ Desde luego hijo, ya tienes edad para apañártelas solito. Busca en el cajón de mi mesilla de noche y déjame hablar con tu padre.

Con tanto rayo la gente en la calle, ajena a la conversación divina, cree que va a llover, una tormenta veraniega piensan. Pero nada más lejos de la realidad, es que Dios aparece de nuevo.

_ Pues no sé que se puede hacer, María. Pero, mientras lo pensamos, aquí no estás tal mal e incluso puedes captar nuevos fieles, ya sabes, publicidad subliminal_ argumenta Dios intentando convencer a María.

Y antes de escuchar la réplica, con un último fulgor Dios se transforma en el Espíritu Santo que, volando, se aleja de María.

_ ¡Ya me ha dejado con otra vez con la palabra en la boca! ¡Se cree que sólo vale la suya! Cuando algo no le gusta, sale el palomo y se acabó _ enfadada_ ¡Bonita manera de acabar con las conversaciones! Este es el famoso diálogo con Dios…


2 comentarios:

Unknown dijo...

El mejor de tus relatos, junto con el del cartel de la pelu, me he reido mucho.

diseño, ilustración y comunicación visual dijo...

muy bueno "M" da mucha risa...