lunes, 25 de junio de 2007

javoto y los opiliones




_ ¡ Opis, opis! ¡Que fuerte este fin de semana! ¡He tenido una experiencia mística!_ dice un opilión acercándose con sus largas patas al tronco donde descansan sus amigos, buscando la humedad del musgo que cubre su corteza, una plácida noche de verano.

_ ¿Qué son esos gritos? ¿Qué te pasa?_ pregunta Op2.

_ Aún noto la efervescencia en mi interior. Ayer me pasó la cosa más emocionante de mi vida. Estaba tan tranquilo, quietecito del todo y relajado, pensando en mis cosas, ya sabéis, como me gusta a mi de quedarme un poco atontolinao, que si estoy que si no estoy, cuando una niña me vio y empezó a chillar como una loca.

_ ¡Pues vaya novedad! ¡Que te vean y chillen! Eso nos pasa todos los días, mientras no te chafen…._exclama Op3 con sorna.

_ ¡Qué gracioso eres! ¿Me dejas continuar o prefieres seguir con tu festival del humor? Pues eso, que la niña empieza a chillar y entonces viene un chaval a ver que le pasa. Al comprobar que yo era el culpable de los temores infantiles, se relaja e intenta tranquilizar a la cría. Me acerca su mano, empiezo a subir por su brazo y… ¿Sabéis quien era? JAAAVOTO.

_ ¡Qué dices! ¿El que toca en Heretic el bajo y en Putilatex la guitarra?_interpela al protagonista de nuestra historia con evidentes muestras de nerviosismo Op2.

_ ¿Qué tocaba la batería en Chucho?_ pregunta muy alterado Op3._ Cuenta, cuenta.

_ Vaya, ahora si que tienes interés, Op3. Como le hemos mentado al ídolo…

_ ¡Es tan guapo…! Suspira Opia2, que parece despertar de su sueño a la sola mención del nombre humano. (Nota aclaratoria: Los opileones se llaman entre ellos con números porque consideran que no tienen la suficiente substancia como para nombrarse como hacemos los humanos)

_ ¡Callaros de una vez! ¡Basta ya! _ Increpa Op1, con voz chillona, intentando recuperar la atención de sus oyentes y el hilo conductor de la historia_ ¿Puedo seguir? ¿Por dónde iba? ¡Ah! Si, yo estaba nervioso y quería decirle algo pero ya sabéis que a los humanos no les llegan nuestras ondas sonoras, son un poco limitados aunque ellos piensen que son los reyes de la creación. Como tampoco tengo glándulas para fabricar seda, no pude escribirle nada. Y para colmo, el problema de nuestra timidez que, unido al del nerviosismo, me dejó KO. Ya ves, en el brazo de mi ídolo y sin poder decirle nada. Yo creo que él estaba un poco nervioso porque tenía los pelos de los brazos erizados como alambres aunque intentaba aparentar calma ante la niña. Le dijo: “¿Ves? No pasa nada, es inofensivo”. La niña creía que yo era una araña y… ahora viene lo más fuerte… Javoto sabía que yo era un opilión y también que, aunque somos arácnidos, pertenecemos a un grupo totalmente diferente al de ellas. No percibí peligro alguno, así que no tuve que segregar la sustancia defensiva , repugnante y maloliente en forma de vapor o de gota que a veces los humanos no detectan ni tuve que fingir que estaba muerto dejando quietos, rígidos o contraídos todos mis apéndices. Tampoco me cogieron de alguna de mis ocho patas, ni de las más cortas ni de las más largas, por lo que no tuve que desprenderme de ninguna por propia voluntad ni tener que huir aprovechando que la pata desunida se sigue contrayendo durante unos segundos más en la mano del captor. Solo me observaron.

_ ¡Pues claro! ¡Si somos inofensivos! ¿Y dices que Javoto sabía de nuestra existencia? _ Pregunta un Op3 cada vez más exaltado_ ¿Qué hacía en Andoain si es de Albacete? Aunque creo que ahora vive en Madrid.

_ Creo que estaba con Alfaro mirando de grabar baterías o algo así para su proyecto de alienistas.

_ ¡Es tan polifacético y tan guapo! Exclama Opia2 con la mirada derretida.

_ Mi primo y sus colegas se fueron hasta Valencia el otro día para verlo tocar con Putilatex. ¡Menudo viaje! Tuvieron que subirse en un camión de madera que los llevó hasta Madrid, esperar cuatro horas en una gasolinera y allí hacer transbordo metiéndose en los rincones oscuros de otro camión que no saben ni que transportaba. Una aventura total pero me dijo que valió la pena toda la odisea. Tocaban en una nave ocupa, en un festival hardcore-punk, que era lo más disparatao que te podías echar a la cara pero que se lo pasó de miedo y que le gustaría repetir.

_ ¡Que vivencia, Op1! ¡Me muero de envidia! _ repite una y otra vez Op3.

_ Cuestión de suerte estar en el lugar y en el tiempo apropiados_ sentencia Op1_El universo es así.

A Javi
















1 comentario:

la Isa dijo...

¡Menudo homenaje!
no te podrás quejar Javoto.
Me he reído mucho con los opiliones, curiosos aracnidos. Je je